Ella llegó a nuestras vidas dos días antes de mi cumpleaños. Apareció muy elegante con un abriguito rojo y una bolsa de papel con asas, llevando en ella toda su ropa, nueva, sí, pero casi nada le quedaba, estaba nerviosa, con sus grandes ojos negros y ligera como un pájaro, pesaba solo 14 kilos con sus 5 añitos encima, la despidieron con gran beso, una bendición y un rasguño inofensivo, dado sin querer con un alfiler que estaba en alguna parte. La senté en mis piernas y estaba toda tiesa y calladita con sus manitas muy frías, descubriendo el mundo, todo era nuevo para ella y ella para mí también. Lloró la primera noche, luego durmió con nosotros y así hasta que se hizo mayor. Luego fué cambiando una mueca chistosa por una sonrisa linda, aprendió a hacer "ojitos" y un poquito a hablar mejor.
Ya pasaron varios años desde aquel abrigo rojo y la bolsa de papel, ahora ha crecido tanto y está muy dentro de mí, ya no la aguanto en mis piernas, ahora ella me lleva a mí.
jueves, febrero 28, 2008
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3 comentarios:
Ando paseando y te he encontrado.!encantada de conocerte!Te Felicito por el blog, veras que es un mundo agradable y divertido. Si te apetece pásate por el mio www.comentandolotodo.blogspot.com Un saludo
aun recuerdo ese abriguito.
aun recuerdo esos ojos negros.
aun recuerdo ese rasguño inofensivo.
aun recuerdo sus primeras lágrimas.
aun recuerdo todo de ella.
Ijoles jefa, yo no tengo la sensibilidad poética de zocadiz... yo solo sé que el recordar el abriguito rojo me llena los ojos de lágrimas de alegría... :-)
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