Se murió hace unos días; el rostro apacible, casi sonriente; tenía 17años, una novia dulce y un montón de sueños. Jugaba futbol, no queriá morirse; le dolió una pierna y luego las dos, despúes los pulmones y luego todo él.
Quimios, imanes, cápsulas de petróleo, homeopatía, y un largo etcetera recorrió su madre para curarle. Varios le dijeron que el daño estaba en el alma, que el abandono del padre minó su espíritu y su cuerpo dejó de defenderse, ¿para qué?
Tenía 17 años; ¿a qué edad debe uno morirse?
Nunca resulta oportuno morirse, siempre será un misterio develado sólo por la misma muerte.
Ahora sí que viva en paz. Amén
viernes, febrero 13, 2009
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1 comentario:
Y seguramente vivirá en paz.
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